Era un viaje de negocios, como todas las semanas. Me encantaba volar y conocer lugares nuevos y extraños. Aunque sólo era parte de mi trabajo.
Mi día empezaba a las 6 AM. me afeitaba, me duchaba y siempre con el traje preparado.
Luego salía con mi avión privado hacia citas programadas con la agenda llena de negociaciones.
Acostumbraba a contemplar los cielos y bellos paisajes siempre acompañada por mi secretaria, ni contador personal y los pilotos. Aunque a veces me gustaba manejar y hasta deseaba volar yo mismo, era un día gris. No había malos pronósticos y decidimos salir igual porque nunca tuve miedo. Podían más mis ganas de volar. De todos modos, me sucedió algo muy extraño, que solo yo pude percibir.
Estaba mirando por la ventanilla y de un momento a otro comenzó a llover pero lo extraño y sorprendente es que empecé a tener sensaciones muy raras, es decir, mi cuerpo estaba en lugar del avión, yo volaba.
Al principio me sentí fascinado. Todo tenía relación. Ma hacía sentir volando. Era impresionante. El agua fría desde arriba, en el tercer cielo tocando las nubes. Los rayos golpeaban en todo mi cuerpo, era una mezcla de sensaciones de pánico y vértigo a la vez era un fenómeno en el que me había convertido era algo inexplicable estaba en otra dimensión desconocida para mí y cualquiera que le suceda me sentía privilegiado por lo que sucedía no sabía que me estaba pasando no sabía si era un sueño deseado o no deseado estaba en otro lugar pero coincidía con mi ambición de volar como un ángel, un avión o simplemente el viento vaya a saber lo que quería ser ese fenómeno con mi cuerpo y mente nunca supe que me sucedió pero fue algo fantástico, no tenía explicación.
Jorge A.Ramirez, 1º 4ª "B", T. N.
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