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viernes, 27 de noviembre de 2009
Para los Amantes del Tango, Carlos Gardel, Viejo Smoking:
Para ver el uso de la Intertextualidad en "El Acompañamiento" de Carlos Gorostiza.
Biografía de Carlos Gorostiza:
Dramaturgo y Director de la escena argentina, nacido en Capital federal. Se inició en la Poesía, la actuación teatral y el tinglado de títeres con su compañía, "Los Títeres de estrella grande", pala la cual compuso "La clave encantada" (1943) y "Nuevos Títeres" (1949).
Ese mismo año, obtuvo un notorio éxito dentro del teatro independiente, con "El Puente", al que subieron numerosos títulos que lo convirtieron en uno de los Autores más prestigiosos de Hispanoamérica.
El teatro de Gorostiza, sin salirse de las convenciones del realismo, con su estudio de tipos y costumbres, así como del lenguaje cotidiano de Buenos Aires, aborda problemas morales emergentes de la convivencia social, en un ambiente próximo a cierto realismo.
En su extensa producción, cuentan títulos como:
- "El fabricante de Piolín" (1950),
- "Marta Ferror" (1954),
- "El Juicio" (1954),
- "El Reloj de Baltasar" (1955),
- "El Pan de la Locura" (1958),
- "Vivir aquí" (1964),
- "Los prójimos" (1967),
- "A qué jugamos?" (1968),
- "El jugar" (1970),
- "Los Hermanos queridos" (1978),
- "Aeroplanos" (1989),
- "El Patio de atrás" (1994).
- "Los cuartos oscuros" (1976),
- "La Buena Gente" (2001),
- "El Basural" (1988),
- "El Moro enmascarado" (2004).
Del Género Epistolar:
Carta a María (Inspirada en Esperando la Carroza...):
Querida María:
Mamá Cora.
Por Rocío López, 2º 3ª B, 27-11-09.
Querida María:
Te escribo para contarte mi situación en la casa de mi nuera Susana.
Siento que le molesta todo lo que hago. Pongo mi mejor voluntad para ayudarla con las tareas domésticas de la casa y no me deja. La verdad no sé por qué será. La otra vez, Susana estaba preparando una mayonesa pero no la terminó de hacer porque se tubo que ir. Entonces, yo la terminé. Pero cuando ella volvió y se dio cuenta de lo que hice se armó un kilombo...! Me gritó, y ya estoy cansada. Yo sólo la ayudo y para qué? Para que me reten? Porque es lo único que sabe hacer ella. Sé que discuten con mi hijo para que yo me vaya a vivir a otro lado pero lo peor de todo que nadie me quiere en su casa y no sé cuál es el motivo porque lo único que hago es ayudar. Sólo espero que todo se solucione.
Espero recibir alguna carta tuya. Desde ya me despido. Cuidate, Besos.
Mamá Cora.
Por Rocío López, 2º 3ª B, 27-11-09.
Reflexión sobre nuestra visión en cuanto a los ancianos, desde el punto de vista de la obra "Esperando la Carroza":
Claramente esta obra muestra, de una manera cómica y divertida, como en la cultura de nuestra sociedad y de nuestro grupo familiar se toma a los ancianos, a nuestros abuelos, como personas inútiles que terminan transformándose en una carga. Todos los quieren, pero los quieren lejos..., parece que nadie se acordara lo que hicieron ellos ayer por nosotros, y que estamos acá gracias y por ellos; luego, cuando llega la inevitable hora de la muerte, uno se siente mal, llora, se siente culpable de muchas cosas, arrepentido de muchas otras tal vez...
Lo particular de esta obra, es que los personajes pasaron por esas etapas, pero luego al ser una equivocación, y no ser verdad la muerte, se podría decir que han tenido una segunda oportunidad, algo que no siempre y definitivamente en muy pocos casos sucede... entonces... necesitamos perder al ser querido para darnos cuenta que nos duele...? No deberíamos plantearnos otra forma de vivir y respetar a nuestros abuelos...? No nos damos cuenta que existe un ciclo de vida para todos, y que nosotros también llegaremos a esa etapa...? Por qué no nos disputamos más la presencia de ellos como plantea el personaje de Susana...? Es una realidad el hecho de que algún día llegaremos a esa etapa de la vida y siento que esperamos mucho más de lo que hoy se entrega a nuestros héroes, como alguna vez fueron.
Hugo Ariel Di Rado, 2º 3ª "B".
Reflexión sobre nosotros y ellos (Inspirado en Esperando la Carroza...):
Padres héroes y madres heroínas del hogar. Pasamos buena parte de nuestra existencia cultivando estos estereotipos. Hasta que un día el padre héroe comienza a pensar todo el tiempo, protesta bajito y habla de cosas que no tienen ni pie ni cabeza.
La heroína del hogar comienza a tener dificultades en terminar las frases y empieza a enojarse con la empleada.
Que hicieron papá y mamá para envejecer de un momento a otro?
Envejecieron...
Nuestros padres envejecieron.
Nadie nos había preparado para esto.
Un bello día ellos pierden la compostura, se vuelven más vulnerables y adquieren unas manías bobas.
Están cansados de cuidar de los otros y de serie de ejemplo: ahora llegó el momento de ellos de ser cuidados y mimados por nosotros.
Tienen muchos kilómetros andados y saben todo, y lo que no saben lo inventan.
No hacen más planes a largo plazo, ahora se dedican a pequeñas aventuras, como comer a escondidas todo lo que el médico le prohibió.
Tiene manchas en la piel.
De repente están tristes.
Más no están caducos: caducos están los hijos, que rechazan aceptar el ciclo de la vida.
Es complicado aceptar que nuestros héroes y heroínas.
Ya no están con el control de la situación.
Están frágiles y un poco olvidados, tienen este derecho, pero seguimos exigiendo de ellos la energía de una usina.
No admitimos sus flaquezas, su tristeza.
Nos sentimos irritados y algunos llegamos a gritarles su se equivocan con el celular u otro electrónico, y encima no tenemos paciencia para oír por milésima vez la misma historia que cuentan como si terminaran de haberla vivido.
En vez de aceptar con serenidad con serenidad el hecho de que adoptan un ritmo más lento con el pasar de los años, simplemente nos irritamos por haber traicionado nuestra confianza de que serían indestructibles como los superhéroes.
Provocamos discusiones inútiles y nos enojamos con nuestra insistencia para que todo siga como siempre fue.
Nuestra intolerancia solo puede ser miedo.
Miedo de perderlos, y miedo de perdernos, miedo de también dejar de ser lúcidos y joviales.
Con nuestros enojos, solo provocamos más tristeza a aquellos que un día solo procuraron darnos alegrías.
Porque no conseguimos ser un poco de lo que ellos fueron para nosotros? Cuantas veces estos héroes y heroínas estuvieron noches enteras junto a nosotros, medicando, cuidando y midiendo fiebres!!
Y nos enojamos cuando ellos se olvidan de tomar sus remedios, y al pelear con ellos, los dejamos llorando, tal cual criaturas que fuimos un día.
El tiempo nos enseña a sacar provecho de cada etapa de la vida, pero es difícil aceptar las etapas de los otros...
Mas cuando los otros fueron nuestros pilares, aquellos para los cuales siempre podíamos volver y sabíamos que estarían con sus brazos abiertos, y que ahora están dando señales de que un día irían a partir sin nosotros.
Hagamos por ello hoy lo mejor, lo máximo que podemos, para que mañana cuando ellos ya no estén más...
...podamos recordarlos con cariño, de sus sonrisas de alegría y no de las lagrimas de tristeza que ellos hayan derramado por causa nuestra.
Al final, nuestros héroes de ayer...
Serán nuestros héroes eternamente...
GRACIAS!!!
Hugo Ariel Di Rado, 2º 3ª "B".
Los Sordos, Obra de Teatro escrita en Grupo, en base a El Acompañamiento, de Carlos Gorostiza:
El Pasajero: (Apareciendo a espaldas del Chacarero) - ¡Eh, buen hombre...! ¡buen hombre! (Como el Chacarero no le atiende), ¡ni que fuera sordo como yo! (le toca un hombro) ¡Oiga!
El Chacarero: ¡Hola! ¿Qué tal? ¿Qué desea?
El Pasajero: Usted, que ha de conocer estos pagos...
El Chacarero: Sí, señor, Rudecindo Lagos. Para servirle.
El Pasajero: Hágame el favor de hablar más alto, porque soy bastante sordo.
El Chacarero: ¡Si no grita más no podré entenderle porque soy un poco torpe de oido!
El Pasajero: ¿Podría indicarme dónde queda la estancia "Los Leones"?
El Chacarero: ¡Claro que tienen fragancia mis melones! Es que son muy buenos. Le haré traer a algunos para que los pruebe.
El Pasajero: ¿nueve? ¿nueve qué? ¿nueve leguas? ¿tanto? ¡no puede ser!
El Chacarero: (Por la Ptrona que aparece en este momento en la puerta del rancho). Sí, esa es mi mujer. (A la patrona). Oye, tócale a este hombre una docena de melones, para que elija algunos.
La Patrona: - ¡Ajá, muy bien! ¿Psí que este caballero quiere tener relaciones con nuestra hija! Tanto gusto. Señor, en seguida se la presentaremos. (Gritando hacia el interior de la casa). ¡Mariquita!... ¡Mariquita!... Esta chica es más sorda que yo, todavía... Un momentito, síéntese... (Se introduce en la casa).
El Pasajero: ¿De modo que Usted dice que la estancia "Los Leones" queda a nueve leguas de aquí?
El Chacarero: - Sí, Señor; se lo he dicho y se lo repito. La fragancia de mis melones es exquisita...
(Aparece la Patrona con la Sordita).
La Patrona: - No grites, hombre; aquí esta Mariquita. (A su hija) Buena hija, aquí tienes a tu pretendiente...
La Sordita: ¡Ay, mamá! ¡Cuántas veces quiere que le diga que no me duelen los dientes ni nada?
La Patrona: ¿Que no tiene nada? ¿Y tú qué sabes? A lo mejor resulta que es dentista.
La Sordita: ¡Mamá, por favor! ¿Para qué quiero un dentista, si yo no tengo enferma la boca?
La Patrona: Ya sabés que tu madre, pocas veces se equivoca. Ha de ser dentista, no más.
El Chacarero: ¿Y los melos, mujer?
La Patrona: Es lo que yo le digo. ¿Por qué te ponés así, hija?
El Chacarero: Pero, si no le traes ninguno, ¿cómo quieres que elija?
La Patrona: Es qu etú ya sabes cómo es otra niña; ella quiere salir siempre con la suya. (Al pasajero) Esta es mi hija. Se llama Mariquita.
El Pasajero: ¿Cómo cerquita, si su esposo me ha dicho que faltan nueve leguas?
La Patrona: (Al Chacarero) ¿Qué dice este hombre de las yeguas?
El Pasajero: Si, y como ya quedan pocas horas de luz.
La Sordita: No, todavía no soy señora.
El Pasajero: No sé ni siquiera si es bueno el camino.
La Sordita: ¡Ah!, Ya entiendo: ¿llegando a la tranquera, sigo hacia la derecha? ¿Y de ahí, a "Los Leones"?
El Chacarero: ¡Ah, como buenos, le aseguro que son buenos! Y puede mandarle todos los que quiera...
El Pasajero: Sí ya me dijo la señorita: de la tranquera a la derecha.
La Patrona: Yo no digo que Usted no la quiera a la chica, pero convendría que fijara fecha o no.
El Pasajero: (Desapareciendo) Hasta otra vez, y perdonen la molestia.
La Patrona: ¡Oiga, oiga! ¡Más bestia será Usted, atrevido!
El Chacarero: ¿Qué? ¡tiene razón!, ¿o iba a esperar hasta mañana a que le trajeras los melones?
La Patrona: No y no. Jamás consentiré que nuestra hija tenga relaciones con semejante gente.
La Sordita: Déjelo que se vaya; total aquí nadie le duelen los dientes...
El Chacarero: No es que te lo reproche, pero hubiera comprado tres o cuatro...
La Sordita: ¡Ay, qué bueno eres papá! ¿Qué mamá? dice que esta noche nos llevará al teatro a ver las comedias.
La Patrona: ¡Cierto!, ya me había olvidado de que tenía que zurcirle las medias. ¿Sabñes dónde he dejado la lona azul?
La Sordita: ¡No me digas! ¿La Comedia de Barba Azul? ¡Qué bonito título! ¡Ay, qué contento estoy madre mía!
La Patrona: Es lo que le digo siempre a tu padre; ¡que Dios nos conserve esta armonía!, porque el día que no nos entendamos, esta casa será un infierno...
Sonia Viveros, José Cuevas, Sabrina Guitian y Francisco Mopardo, de 2º 3ª B.
Piecita de Obra de Teatro, escrita en forma Grupal, por 2º 3º B:
Inspirada en Esperando la Carroza
Primer Acto:
Cuadro 1
Esta es una historia familiar de clase media trabajadora, basada en un barrio obrero, con niños jugando en las calles y sus abuelas tomando mate en las puertas de sus casas.
Darío el esposo que vivía con fiaca. Angélica, esposa y ama de casa. Analía, hermana de Angélica; Nicolás, esposo de Analía; Marcos , el Hijo de Darío y Angélica.
Angélica: (grita) -¡¡¡Darío levantate!!!
Darío: (contesta) -Ya voy...!!!
Angélica: - Bueno, apuesto que vamos a la casa de mi hermana.
Darío: (dice) - ¿Hace salto de valla?
Angélica: (vuelve a gritar) - ¡¡¡Marco andá a bañarte!!!
Marco: (dice) - Mamá me bañé ayer.
Angélica: (enojado) - Ayer me dijiste lo mismo.
Darío: (Se levanta resongando) - Dale gorda. Prepará el mate y las medialunas.
Angélica: (Le dice) - Mando a bañar a tu hijo que hace 3 días que no se baña.
Darío: (Pregunta) - ¿qué tenemos que llevar nosotros?
Angélica: (Contesta) - El postre, llevamos 1 kgr. de helado.
(Dos horas más tarde llegan la familia Guzmán a la casa de Nicolás y Analía. Suena la Puerta.
Analía: (Atiende la puerta) - ¿Quién es?
Angélica: (contesta) - Soy tu hermana Angélica.
Analía: (Abriendo la puerta) - Hola hermana querida, ¿cómo fue el viaje?
Darío: (contesta) - Agotador cuñada.
Marco: (interrumpiendo) - Un embole Tía. No jodas. (molesto).
Angélica: (molesta) - más respeto pendejo.
Darío: (Apasiguado) - ¡trajimos el postre!
Nicolás: (preguntando) - Querida, ¿quién llegó?
Analía: (contesta) - Los invitados, querido.
Nicolás: Y ahora me lo avisas (a los gritos).
Nicolás mientras se cambian los invitados están en la mesa con la comida servida esperando a Analía quiere sirva la comida.
Cañadas, Angélica; Valladares, Nicolás; Maggiolo, Darío; Ojeda, Analía; Piroli, Marcos y Guzman, Jonatan, de 2º 3ª B.
Obra de Teatro: "Entre la Vida y la Muerte" (El más hermoso enemigo del hombre):
1) (Pensamientos 1,2 y 3 agachados en el suelo alrededor del Bufon quién camina con una hoja y una pluma).
BUFÓN: (caminando) -- Puedo afirmar que la mejor de las obras esta siendo escrita en este momento. Por mi por supuesto. -- (escribe) -- Entonces sir Frederick exclamó...
PENSAMIENTO 1: (se para, le saca la hoja y pluma al juglar, escribe) -- Tú debes.
BUFÓN: -- ¿Tú debes? ¡No! Hacerme un favor de entregarme lo que me ha sido quitado.
PENSAMIENTO 2: (se para, le saca la hoja y pluma al juglar, escribe) - Tú quieres.
BUFÓN: -- ¿Tú quieres? Estás arruinando mi obra, ¿quiénes sois?, ¿Qué queréis?
PENSAMIENTO 3: (Se para) - Tú necesitas.
PENSAMIENTOS 1, 2, 3: (Repiten sus respectivas frases acercándose al juglar.).
BUFÓN: ¡Basta! ¡Basta! ¡Deteneos! ¡Deteneos os lo ruego! ¿¡Quiénes sois!? ¿¡Qué queréís!?
2) (Sale a jugar perseguido por los pensamientos a la vez que entra el rey acompañado por el noble).
REY: -- ¡Esto es inaceptable, inconcebible, inaudito! Ese bufón, bardo, o cual sea su actividad, ha de ser inmediatamente ejecutado.
NOBLE: -- Pero su majestad, técnicamente no ha cometido ningún crimen.
REY: -- (Gritando). ¡¿Qué no ha cometido ningún crimen!?, ¡¿qué o ha cometido ningún crimen?! (deja de gritar) voy a leer un pasaje del maldito libro que escribió y leyó por todo el país:... (lee) ... "entonces el horrible gigante posa en su calva cabeza, la reluciente corona fabricante con el sufrimiento de cientos de hombres, cientos de esclavos. Y al hacerlo gritó a Sir Frederick "TU DEBES" aunque Sir Frederick agonizado resistía repitiendo "YO QUIERO", "YO QUIERO"...
NOBLE: -- Es solo un cuento de hadas.
REY: -- ¡No es solo un cueto de hadas! El sustento de este país se basa e los impuestos a los ciudadanosen oro y a los campesinos en productos agrícolas, ¿no es así?.
NOBLE: -- Es cierto.
REY: -- ¿Y nosotros que les proporcionamos a cambio?
NOBLE: -- Protección y gobierno.
REY: -- (Ríe) No es ignorado que solo los nobles son protegidos y gobernados en estos tiempos de paz. ¿Qué pasaría si el pueblo comenzará a regirse por el "YO QUIERO" en vez del "YO DEBO"?. Esta historia es un claro insulto hacia mi persona, "el horrible gigante" (señalando el libro). ¡No estamos en condiciones ni militares ni económicas como para permitirnos una guerra civil.
NOBLE: -- Pero si nadie le hace caso. En las tabernas se comenta que se volvió loco y que extraños pensamientos son los autores de esta obra, que perdió totalmente el control de su pluma al escribir.
REY: -- Aún así se está volviendo demasiado popular, y si aún no se ha producido una guerra civil es porque la historia no ha llegado a oídos adecuados.
NOBLE: -- Lo mandaré a buscar cuanto antes.
(El juglar lee fragmentos del libro al público).
BUFÓN: -- ... "Y Sir Frederick inmerso en la locura comenzó a ser acosado violentamente por una violácea oscuridad dentro de la cual una vibración se hacía minuto a minuto más fuerte. Esta vibración, surgía como un nefasto sonido y llegaba a oídos de Sir Frederick como imponentes alaridos de "TÚ DEBES" y melancólicas súplicas de "YO QUIERO" perforándole el cuerpo como aguijones. Solo con cada lágrima de Sir Frederick, la oscuridad retrocedía; Sólo con cada asesinato del horrible gigante, la oscuridad avanzaba"...
... "Únicamente las estrellas, pudieron salvar a Sir Frederick de aquella agonía; y con un rayo de luz divina, la corona del gigante se disolvió en el infinito. El poder del gigante comenzó a flaquear, sin su corona ni siquiera sus extremidades le respondían. La sombra se desipó, y con un movimiento de espada Sir Frederick dividió el cielo en una puerta hacia la eternidad; Una puerta que lo absorbió; Y desde donde Sir Frederick derrotó al gigante"...
(Entra el soldado).
SOLDADO: -- ¡Queda usted arrestado y será ejecutado por orden del rey!.
BUFÓN: -- ¿Bajo qué cargo, si puede saberse?
SOLDADO: -- Por disturbios en lavía pública y plantar la revolución en el reino.
BUFÓN: -- No pueden llevarme por leer la obra ya que sólo esa es mi función, yo no la he escrito.
SOLDADO: -- Si no la habéis escrito, ¿entonces quién?
BUFÓN: (Señala a los pensamientos ubicados detrás del soldado). Fueron ellos... ellos son los culpables.
SOLDADO: -- (Mira hacia atrás). Ahí no hay nadie. ¿Estás queriendo engañarme? (A medida que dice esto, se va acercando el juglar). ¿Eres conciente de que engañarme a mí es engañar al rey?, ¿y qué engañar al rey es engañar a Dios? La única manera de alcanzar la salvación es entregándoe y siendo ejecutado.
BUFÓN: -- Si es así como rige Dios, prefiero pasar la eternidad alejado de él. (Sale corriendo entre le público). Deténgalo por favor, debo escapar, ese soldado no ha de atraparme.
SOLDADO: -- Vuelve aquí hereje. Puedes escapar del filo de mi espada, pero no de la ira de Dios. (Persigue al juglar).
4) (El soldado y el juglar salen de escena entre le público a la vez que entran el noble y el rey).
NOBLE: -- Finalmente os hemos librado de ese maldito juglar.
REY: -- ¿Es que acaso lo hemos capturado?
NOBLE: -- No precisamente, pero tras haber sido intimidado por uno de nuestros más fieles soldados, ha desaparecido completamente y nadie ha oído nada más acerca de él. (Habla orgulloso).
REY: -- (Grita) ¡No es suficiente!. ¿Acaso no ven que me da insultado? ¿Qué ha insultado al rey?
NOBLE: -- Conciente soy de que la situación no es totalmente perfecta, pero el trono ya no peligra y pronto encontraremos y ejecutaremos al culpable de vuestras preocupaciones.
REY: -- Desearía pensar igual que vos, pero mis ojos han visto extrañas agrupaciones de campesinos por los caminos. A mis oídos han llegado rumores de la existencia de clandestinas tabernas donde se leen cuentos contra mi persona.
NOBLE: -- No hay rumores que no sean malintencionados. Y si de Dios no se trata. Yo digo que ver para creer.
REY: -- Espero que tu tranquilidad este bien fundada. (entre el soldado).
SOLDADO: -- (Habla agitado). Su majestad, tenemos prisioneros que han sido descubiertos clamando a un ejército de aldeanos para derrocar la monarquía.
REY: -- (Grita). ¡¿Qué?! (asustado), Y ¿qué se sabe acerca del ejército?
SOLDADO: -- Solo se unieron diez personas a quienes ya hemos capturado.
REY: -- Buen trabajo, ejecútenlos. (El soldado comienza a irse). ¡Alto! (Se detiene). Y quiero que resuelvan el asunto del juglar. La única forma de liberarse de la serpiente, e cortándole la cabeza. (Sale el soldado).
5) (Salen el rey y el noble, entra el juglar).
BUFÓN: -- (Corre mirando periódicamente hacia atrás como si lo persiguiesen. Entran los pensamientos 1, 2 y 3 repitiendo en vos baja sus respectivas frases). ¡Basta, aljaos, alejaos os lo ruego! Vosotros sois los culpables de mi exilio, vosotros sois los culpables de mi desdicha, vosotros sois los culpables!
(Los pensamientos 2 y 3 sin dejar de repetir sus frases comienzan a tocarle la espalda y los hombros al juglar; el juglar escapa, pero es interceptado por el pensamiento uno).
BUFÓN: -- (Se tira al suelo y se agarra la cabeza). ¡Ahhh!. (Los tres pensamientos continúan tocando al juglar, quien esconde su cabeza entre sus brazos. Entra el soldado.).
SOLDADO: -- (Se acerca y desenvaina. Apunta con la espada la espalda del juglar). Al fin recibirás el castigo que mereces. (Los pensamientos se alejan para dejar transcurrir el resto de la escena.).
BUFÓN: -- ¿Acaso este es el fin de mis días?
SOLDADO: -- Mi brazo no ha de matarte sin orden del rey, por eso ante él es donde te llevó. (El juglar sale de escena junto con el soldado por entre el público, los pensamientos los siguen.).
6) (Entra el rey y comienza a caminar de un lado a otro del escenario nerviosamente. Entra sonriente el noble.).
NOBLE: -- Es en vano estar nervioso en este momento, su majestad, yq que la mejor noticia ha llegado a mis oídos.
REY: -- ¿Es qué acaso han diezmado a los que se revelaron contra la corona?
NOBLE: -- Aún mejor, hemos capturado y tenemos prisionero al juglar causante de la rebelión.
REY: -- Excelente, estoy asombrado por vuestra eficacia. Como recompensa te otorgo el gobierno de la más importante ciudad fronteriza del reino.
NOBLE: -- Mi gratitud es eterna. ¿Quiere presenciar la ejecución ahora su majestad?.
REY: -- Aún no, pero, traedlo ante mí.
NOBLE: -- Asus órdenes, su majestad. (Sale de escena. El Rey sonríe y camina por la escena aún más rápido que antes. Puede soltar una ocasional carcajada. Entran el noble, seguido por el juglar y el soldado. El soldado guía al juglar apuntándolo con la espada.).
REY: -- ¡Ajá!, por fin te conozco la cara.
BUFÓN: -- Por favor, su majestad, soy inocente.
REY: -- ¡No te he dado permiso para hablar! Ahora vas a ir al calabozo donde te quedarás hasta que nos encarguemos de tus seguidores, y luego sacaré a pasear por todo el reino tu cabeza para demostrar lo estúpido que es enfrentárseme. ¡Retiradlo de mi vista!.
SOLDADO: -- Como ordenéis. (Se lleva al juglar. El noble y el rey sonríen y se retiran.).
7) (Entra el soldado llevando al juglar, lo encadena a la pared, se aleja unos metros, lo mira unos segundos y sale de escena).
BUFÓN: -- Desdichada y carente de nobleza la mía muerte. Maldigo eternamente a las nefastas criaturas, culpables de mi ejecución.
(Entra el pensamiento 1).
PENSAMIENTO 1: -- Tú debes.
BUFÓN: -- ¡Maldita sea vuestra existencia!
(Entra el pensamiento 2).
PENSAMIENTO 2: -- Tú quieres.
BUFÓN: -- ¡Alejáos de mí!, ¿no es acaso suficiente el tormento que me habéis dado ya?
(Entra el pensamiento 3).
PENSAMIENTO 3: -- Tú necesitas.
BUFÓN: -- (Los tres pensamientos repiten sus respectivas frases a medida que se acercan al bufón.). ¡Horrorosas criaturas!, ¿es que acaso no vais a dejadme solo ni siquiera en mis penosas últimas horas de vida? (Los pensamientos se callan. Silencio de aproximadamente 5 segundos, el juglar respira agitadamente. Entra el pensamiento 4).
PENSAMIENTO 4: -- Tú nos nocesitas.
BUFÓN: -- ¿Es posible que vosotros halláis sido creados por mí, por mi mente, por mi alma? ¿Es posible que mis temidos enemigos no sean más que mispropios pensamientos? ¿No es posible acaso, que la muerte no sea un castigo, sino una divina ascensión y un necesitado descanso?
(Los pensamientos 1, 2 y 3 comienzan a desatar al juglar mientras todos repiten "TÚ NOS NECESITAS").
BUFÓN: -- ¿Por qué me liberáis? ¿Es que acaso he malinterpretado vuestras intenciones? ¿No había yo de morir?
PENSAMIENTO 4: -- Tu trabajo no ha terminado.
BUFÓN: -- ¿Mi trabajo no ha terminado? (Ríe fuertemente). Pues andando entonces. (Todos salen de escena).
8) (Entran el rey, el noble y el soldado).
REY: -- Estoy sumamente satisfecho con los últimos acontecimientos. Ya podéis ir preparando la ejecución del juglar.
NOBLE: Si se me permite el atrevimiento, sugeriría una gala para celebrar su reciente victoria contra los rebeldes.
REY: -- (Ríe). Pero si te lo permito querido amigo mío, Tu sugerencia no podría ser más acertada. Aún así, encargaos de los preparativos para la ejecución. Quiero que se celebre mañana por la mañana.
NOBLE: -- Con el mayor de los gustos su majestad.
REY: -- Pasando a otros asuntos (comienzan a caminar hacia un lado del escenario) os quiero a todos presentes en la gala que voy a organizar y luego tú podrás partir hacia tu nueva ciudad la cual confío gobiernes con sabiduría; además... (los pensamientos 1 y 2 entran impidiéndole al rey continuar caminando.).
NOBLE: -- ¿Qué es esta insubordinación, plebeyos? ¡Salid de aquí inmediatamente!
(Entran los pensamientos 3 y 4).
REY: -- ¿Y vosotros de donde habéis salido? Decidme cuando menos quienes sois o qué queréis.
(Entra el juglar.).
BUFÓN: -- ¿Es que acaso su majestad no reconoce a los culpables de sus preocupaciones durante la última semana?
REY: -- ¿Cómo osas enfrentarte a mí? ¡pon los pies sobre la tierra! ¿es que acaso piensas que puedes vencerme en mi mundo? (Ríe). ¡Bienvenido seas a mi máquina, donde todos forma parte de mi rebaño, y un hombre como vos, nunca será aceptado entre mis ovejas! Ahora arrodillaos ante vuestro rey todos vosotros!
BUFÓN: -- Orgulloso estaría de arrodillarme ante mi rey y complacido aceptaré su petición. (Se acerca a los pensamientos y ante cada uno de ellos hace una pronunciada reverencia).
NOBLE: -- ¿Qué significa esto? ¿Qué clase de ignorante se inclinaría ante un desconocido cuya sangre dista de ser pura? ¡Nunca nadie me verá a mi inclinado ante un plebeyo claramente inferior!.
BUFÓN: -- (Ríe). Y yo nunca le pediría a nadie que se incline ante quienes yo me inclino. Por otra parte, me atrevería a contar a vuestra persona entre los ignorantes que se inclinan ante un desconocido. Porque ¿qué otra cosa es vuestro rey sino un desconocido? Una persona ajena a vuestras vidas, ajena a vuestros problemas, ajena a vuestras preocupaciones y alegrías no es más que un extraño para mí.
NOBLE: -- ¡Es suficiente! ¡Pagarás por tus blasfemías! ¡Guardias, ejecutadlo inmediataente! (El soldado se acerca al juglar, pero el rey lo detiene con la mano).
REY: -- Veamos lo que tiene para decir... pero que esperanza no tenga ya que su ejecución se acerca y es inevitable.
(Los pensamientos se ponen en fila detrás del juglar).
BUFÓN: -- Pasaré a explicaros mi situación. Mi vida tiene un propósito. Desde el día que nací, tengo una misión, un deber. De este propósito soy conciente solo desde mi estadía en vuestro calabozo. Yo nací para ser ejecutado por vosotros, es por eso que la muerte no me asusta.
REY: -- He visto ratas con propósitos de vida más elevados.
BUFÓN: -- Personalmente, desconozco el propósito de las ratas, pero estoy seguro de que vosotros desconocéis el mío. Así como mi muerte le traerá oscuridad a mis ojos, también le traerá luz a los de muchas otras personas. Todos los reyes desde el comienzo de la monarquía tuvieron el mismo problema.
REY: -- ¿A sí? ¿Cuál?
BUFÓN: -- Subestimar al pueblo. Que sus vestiduras no sean color oro, o que bajo sus pies no halla más que césped, no significa que sus corazones no palpiten, que sus cerebros no piensen, que sus ojos no vean o que sus almas no brillen. El viento llevará mi muerte a los ojos del pueblo, despertará su cerebro, encenderá sus almas y el palpitar de sus corazones destruirá las cadenas que vuestro reino y vuestra fingida divinidad les han puesto.
(El soldado toma al juglar por el pelo y apoya su espada en su cuello).
REY: -- Si no te asusta tu muerte, ¿por qué habría de asustarme a mí? Has hablado con inteligencia joven juglar, aunque una persona sabia sabe que la inteligencia no trae más que problemas. ¡Ejecutadlo!
BUFÓN: -- ¡Eso es, ejecutadme!... en las arenas del tiempo, lavarán las miserias de la vida, las aguas de la eternidad.
(El soldado le corta el cuello al juglar, quien cae muerto al suelo. Los pensamientos se inclinan ante el cuerpo en una reverencia y luego se acercan para hablarle al público. Se desata una revolución).
FIN.
Di Rado, Ariel; º2º 3ª "B".
(Entra el soldado).
SOLDADO: -- ¡Queda usted arrestado y será ejecutado por orden del rey!.
BUFÓN: -- ¿Bajo qué cargo, si puede saberse?
SOLDADO: -- Por disturbios en lavía pública y plantar la revolución en el reino.
BUFÓN: -- No pueden llevarme por leer la obra ya que sólo esa es mi función, yo no la he escrito.
SOLDADO: -- Si no la habéis escrito, ¿entonces quién?
BUFÓN: (Señala a los pensamientos ubicados detrás del soldado). Fueron ellos... ellos son los culpables.
SOLDADO: -- (Mira hacia atrás). Ahí no hay nadie. ¿Estás queriendo engañarme? (A medida que dice esto, se va acercando el juglar). ¿Eres conciente de que engañarme a mí es engañar al rey?, ¿y qué engañar al rey es engañar a Dios? La única manera de alcanzar la salvación es entregándoe y siendo ejecutado.
BUFÓN: -- Si es así como rige Dios, prefiero pasar la eternidad alejado de él. (Sale corriendo entre le público). Deténgalo por favor, debo escapar, ese soldado no ha de atraparme.
SOLDADO: -- Vuelve aquí hereje. Puedes escapar del filo de mi espada, pero no de la ira de Dios. (Persigue al juglar).
4) (El soldado y el juglar salen de escena entre le público a la vez que entran el noble y el rey).
NOBLE: -- Finalmente os hemos librado de ese maldito juglar.
REY: -- ¿Es que acaso lo hemos capturado?
NOBLE: -- No precisamente, pero tras haber sido intimidado por uno de nuestros más fieles soldados, ha desaparecido completamente y nadie ha oído nada más acerca de él. (Habla orgulloso).
REY: -- (Grita) ¡No es suficiente!. ¿Acaso no ven que me da insultado? ¿Qué ha insultado al rey?
NOBLE: -- Conciente soy de que la situación no es totalmente perfecta, pero el trono ya no peligra y pronto encontraremos y ejecutaremos al culpable de vuestras preocupaciones.
REY: -- Desearía pensar igual que vos, pero mis ojos han visto extrañas agrupaciones de campesinos por los caminos. A mis oídos han llegado rumores de la existencia de clandestinas tabernas donde se leen cuentos contra mi persona.
NOBLE: -- No hay rumores que no sean malintencionados. Y si de Dios no se trata. Yo digo que ver para creer.
REY: -- Espero que tu tranquilidad este bien fundada. (entre el soldado).
SOLDADO: -- (Habla agitado). Su majestad, tenemos prisioneros que han sido descubiertos clamando a un ejército de aldeanos para derrocar la monarquía.
REY: -- (Grita). ¡¿Qué?! (asustado), Y ¿qué se sabe acerca del ejército?
SOLDADO: -- Solo se unieron diez personas a quienes ya hemos capturado.
REY: -- Buen trabajo, ejecútenlos. (El soldado comienza a irse). ¡Alto! (Se detiene). Y quiero que resuelvan el asunto del juglar. La única forma de liberarse de la serpiente, e cortándole la cabeza. (Sale el soldado).
5) (Salen el rey y el noble, entra el juglar).
BUFÓN: -- (Corre mirando periódicamente hacia atrás como si lo persiguiesen. Entran los pensamientos 1, 2 y 3 repitiendo en vos baja sus respectivas frases). ¡Basta, aljaos, alejaos os lo ruego! Vosotros sois los culpables de mi exilio, vosotros sois los culpables de mi desdicha, vosotros sois los culpables!
(Los pensamientos 2 y 3 sin dejar de repetir sus frases comienzan a tocarle la espalda y los hombros al juglar; el juglar escapa, pero es interceptado por el pensamiento uno).
BUFÓN: -- (Se tira al suelo y se agarra la cabeza). ¡Ahhh!. (Los tres pensamientos continúan tocando al juglar, quien esconde su cabeza entre sus brazos. Entra el soldado.).
SOLDADO: -- (Se acerca y desenvaina. Apunta con la espada la espalda del juglar). Al fin recibirás el castigo que mereces. (Los pensamientos se alejan para dejar transcurrir el resto de la escena.).
BUFÓN: -- ¿Acaso este es el fin de mis días?
SOLDADO: -- Mi brazo no ha de matarte sin orden del rey, por eso ante él es donde te llevó. (El juglar sale de escena junto con el soldado por entre el público, los pensamientos los siguen.).
6) (Entra el rey y comienza a caminar de un lado a otro del escenario nerviosamente. Entra sonriente el noble.).
NOBLE: -- Es en vano estar nervioso en este momento, su majestad, yq que la mejor noticia ha llegado a mis oídos.
REY: -- ¿Es qué acaso han diezmado a los que se revelaron contra la corona?
NOBLE: -- Aún mejor, hemos capturado y tenemos prisionero al juglar causante de la rebelión.
REY: -- Excelente, estoy asombrado por vuestra eficacia. Como recompensa te otorgo el gobierno de la más importante ciudad fronteriza del reino.
NOBLE: -- Mi gratitud es eterna. ¿Quiere presenciar la ejecución ahora su majestad?.
REY: -- Aún no, pero, traedlo ante mí.
NOBLE: -- Asus órdenes, su majestad. (Sale de escena. El Rey sonríe y camina por la escena aún más rápido que antes. Puede soltar una ocasional carcajada. Entran el noble, seguido por el juglar y el soldado. El soldado guía al juglar apuntándolo con la espada.).
REY: -- ¡Ajá!, por fin te conozco la cara.
BUFÓN: -- Por favor, su majestad, soy inocente.
REY: -- ¡No te he dado permiso para hablar! Ahora vas a ir al calabozo donde te quedarás hasta que nos encarguemos de tus seguidores, y luego sacaré a pasear por todo el reino tu cabeza para demostrar lo estúpido que es enfrentárseme. ¡Retiradlo de mi vista!.
SOLDADO: -- Como ordenéis. (Se lleva al juglar. El noble y el rey sonríen y se retiran.).
7) (Entra el soldado llevando al juglar, lo encadena a la pared, se aleja unos metros, lo mira unos segundos y sale de escena).
BUFÓN: -- Desdichada y carente de nobleza la mía muerte. Maldigo eternamente a las nefastas criaturas, culpables de mi ejecución.
(Entra el pensamiento 1).
PENSAMIENTO 1: -- Tú debes.
BUFÓN: -- ¡Maldita sea vuestra existencia!
(Entra el pensamiento 2).
PENSAMIENTO 2: -- Tú quieres.
BUFÓN: -- ¡Alejáos de mí!, ¿no es acaso suficiente el tormento que me habéis dado ya?
(Entra el pensamiento 3).
PENSAMIENTO 3: -- Tú necesitas.
BUFÓN: -- (Los tres pensamientos repiten sus respectivas frases a medida que se acercan al bufón.). ¡Horrorosas criaturas!, ¿es que acaso no vais a dejadme solo ni siquiera en mis penosas últimas horas de vida? (Los pensamientos se callan. Silencio de aproximadamente 5 segundos, el juglar respira agitadamente. Entra el pensamiento 4).
PENSAMIENTO 4: -- Tú nos nocesitas.
BUFÓN: -- ¿Es posible que vosotros halláis sido creados por mí, por mi mente, por mi alma? ¿Es posible que mis temidos enemigos no sean más que mispropios pensamientos? ¿No es posible acaso, que la muerte no sea un castigo, sino una divina ascensión y un necesitado descanso?
(Los pensamientos 1, 2 y 3 comienzan a desatar al juglar mientras todos repiten "TÚ NOS NECESITAS").
BUFÓN: -- ¿Por qué me liberáis? ¿Es que acaso he malinterpretado vuestras intenciones? ¿No había yo de morir?
PENSAMIENTO 4: -- Tu trabajo no ha terminado.
BUFÓN: -- ¿Mi trabajo no ha terminado? (Ríe fuertemente). Pues andando entonces. (Todos salen de escena).
8) (Entran el rey, el noble y el soldado).
REY: -- Estoy sumamente satisfecho con los últimos acontecimientos. Ya podéis ir preparando la ejecución del juglar.
NOBLE: Si se me permite el atrevimiento, sugeriría una gala para celebrar su reciente victoria contra los rebeldes.
REY: -- (Ríe). Pero si te lo permito querido amigo mío, Tu sugerencia no podría ser más acertada. Aún así, encargaos de los preparativos para la ejecución. Quiero que se celebre mañana por la mañana.
NOBLE: -- Con el mayor de los gustos su majestad.
REY: -- Pasando a otros asuntos (comienzan a caminar hacia un lado del escenario) os quiero a todos presentes en la gala que voy a organizar y luego tú podrás partir hacia tu nueva ciudad la cual confío gobiernes con sabiduría; además... (los pensamientos 1 y 2 entran impidiéndole al rey continuar caminando.).
NOBLE: -- ¿Qué es esta insubordinación, plebeyos? ¡Salid de aquí inmediatamente!
(Entran los pensamientos 3 y 4).
REY: -- ¿Y vosotros de donde habéis salido? Decidme cuando menos quienes sois o qué queréis.
(Entra el juglar.).
BUFÓN: -- ¿Es que acaso su majestad no reconoce a los culpables de sus preocupaciones durante la última semana?
REY: -- ¿Cómo osas enfrentarte a mí? ¡pon los pies sobre la tierra! ¿es que acaso piensas que puedes vencerme en mi mundo? (Ríe). ¡Bienvenido seas a mi máquina, donde todos forma parte de mi rebaño, y un hombre como vos, nunca será aceptado entre mis ovejas! Ahora arrodillaos ante vuestro rey todos vosotros!
BUFÓN: -- Orgulloso estaría de arrodillarme ante mi rey y complacido aceptaré su petición. (Se acerca a los pensamientos y ante cada uno de ellos hace una pronunciada reverencia).
NOBLE: -- ¿Qué significa esto? ¿Qué clase de ignorante se inclinaría ante un desconocido cuya sangre dista de ser pura? ¡Nunca nadie me verá a mi inclinado ante un plebeyo claramente inferior!.
BUFÓN: -- (Ríe). Y yo nunca le pediría a nadie que se incline ante quienes yo me inclino. Por otra parte, me atrevería a contar a vuestra persona entre los ignorantes que se inclinan ante un desconocido. Porque ¿qué otra cosa es vuestro rey sino un desconocido? Una persona ajena a vuestras vidas, ajena a vuestros problemas, ajena a vuestras preocupaciones y alegrías no es más que un extraño para mí.
NOBLE: -- ¡Es suficiente! ¡Pagarás por tus blasfemías! ¡Guardias, ejecutadlo inmediataente! (El soldado se acerca al juglar, pero el rey lo detiene con la mano).
REY: -- Veamos lo que tiene para decir... pero que esperanza no tenga ya que su ejecución se acerca y es inevitable.
(Los pensamientos se ponen en fila detrás del juglar).
BUFÓN: -- Pasaré a explicaros mi situación. Mi vida tiene un propósito. Desde el día que nací, tengo una misión, un deber. De este propósito soy conciente solo desde mi estadía en vuestro calabozo. Yo nací para ser ejecutado por vosotros, es por eso que la muerte no me asusta.
REY: -- He visto ratas con propósitos de vida más elevados.
BUFÓN: -- Personalmente, desconozco el propósito de las ratas, pero estoy seguro de que vosotros desconocéis el mío. Así como mi muerte le traerá oscuridad a mis ojos, también le traerá luz a los de muchas otras personas. Todos los reyes desde el comienzo de la monarquía tuvieron el mismo problema.
REY: -- ¿A sí? ¿Cuál?
BUFÓN: -- Subestimar al pueblo. Que sus vestiduras no sean color oro, o que bajo sus pies no halla más que césped, no significa que sus corazones no palpiten, que sus cerebros no piensen, que sus ojos no vean o que sus almas no brillen. El viento llevará mi muerte a los ojos del pueblo, despertará su cerebro, encenderá sus almas y el palpitar de sus corazones destruirá las cadenas que vuestro reino y vuestra fingida divinidad les han puesto.
(El soldado toma al juglar por el pelo y apoya su espada en su cuello).
REY: -- Si no te asusta tu muerte, ¿por qué habría de asustarme a mí? Has hablado con inteligencia joven juglar, aunque una persona sabia sabe que la inteligencia no trae más que problemas. ¡Ejecutadlo!
BUFÓN: -- ¡Eso es, ejecutadme!... en las arenas del tiempo, lavarán las miserias de la vida, las aguas de la eternidad.
(El soldado le corta el cuello al juglar, quien cae muerto al suelo. Los pensamientos se inclinan ante el cuerpo en una reverencia y luego se acercan para hablarle al público. Se desata una revolución).
FIN.
Di Rado, Ariel; º2º 3ª "B".
viernes, 30 de octubre de 2009
Del Género Epistolar:
Carta para Emilia, Inspirada en "Esperando la Carroza"
Querida Emilia:
Me siento tan apenado de la actitud de tus hermanos.
Parece no importarles nuestra madre y Antonio piensa que dándome plata, va a lograr arreglar las cosas.
Te juro que no puedo más con Susana. No paro de pelear. Ha perdido toda la paciencia. Estoy cansado y Sergio tampoco me ayuda. Mi situación económica no es buena. Tengo muchos problmeas y ni siquiera mis propios hermanos me entienden.
Sé que tu situación es diferente, y a diferencia de Antonio y Sergio, sé que te preocupa Mamá. Por eso, te escribo, para que sepas qué injustos son ellos con nuestra madre.
Mamá está bien de salud. Come como siempre y no se ha enfermado en el último tiempo. Ló único que me preocupa es que mamá se dé cuenta del rechazo de sus propios hijos.
Emilia, cuando pueda, te iré a visitar. Espero que andes bien.
Muchos Saludos!!!
Jorge
Sonia Viveros, 2º 3ª B, 2009.
viernes, 28 de agosto de 2009
Producciones de 2º 3ª de Informática B, 2009:
Hacia lo Fantástico
Si tienes valor, atraviesa esa puerta –dijo el viejo, al joven niño.
El niño temeroso salió huyendo y no volvió en toda la tarde. Recostado en su cama, mirando al techo, pensó toda la tarde en la puerta y lo que le había dicho el viejo. A la noche, cuando sus padres dormían, el niño se escapó y fue hacia la puerta. La abrió. Sorprendido, entró. Su cuerpo temblaba de nervios. Detrás de esa puerta encontró un mundo nuevo lleno de fantasías y sueños que él había soñado. El niño, siempre había soñado con ese mundo. Días después, luego de tanto jugar en ese mundo “Maravilloso”, sintió un gran vacío. No sabía lo que era, pero se dio cuenta que lo que le faltaba era su familia, su padre, su madre, su perrito, tan preciado. Entonces, no entendió por qué el viejo le había dicho que cruzara la puerta.
Sonia Viveros, 2º 3ª “B”.
Si tienes valor, atraviesa esa puerta –dijo el viejo, al joven niño.
El niño temeroso salió huyendo y no volvió en toda la tarde. Recostado en su cama, mirando al techo, pensó toda la tarde en la puerta y lo que le había dicho el viejo. A la noche, cuando sus padres dormían, el niño se escapó y fue hacia la puerta. La abrió. Sorprendido, entró. Su cuerpo temblaba de nervios. Detrás de esa puerta encontró un mundo nuevo lleno de fantasías y sueños que él había soñado. El niño, siempre había soñado con ese mundo. Días después, luego de tanto jugar en ese mundo “Maravilloso”, sintió un gran vacío. No sabía lo que era, pero se dio cuenta que lo que le faltaba era su familia, su padre, su madre, su perrito, tan preciado. Entonces, no entendió por qué el viejo le había dicho que cruzara la puerta.
Sonia Viveros, 2º 3ª “B”.
Revisando documentos viejos…
Entonces vieron ese objeto que minutos antes no estaba allí:
Una tarde mientras me arrastraba hacia atrás en mis recuerdos, dormido, mi memoria, sentía que recorría un camino sin fin hacia el pasado. Buscaba aquellas emociones que me hicieron feliz, con la esperanza de traerlas a mi pobre presente. Y de pronto, no sé si por esas cosas de la mente o producto de otra realidad paralela, de la que muchos hablan y que hasta ese entonces me costaba creer; todo lo que me rodeaba se transformó. No sé cómo explicarlo, vino hacia mí. Y entonces la vi. Me miraba tranquila desde un rincón de la habitación. Parecía que me hablaba y de repente: ¡sí, me hablaba! Al mismo tiempo, las paredes acortaban su distancia, parecían acercarse, tocarme, menos a ella que no se movía siquiera.
Extrañas muecas se plantaron ante mi rostro. El aire se enrareció, mientras ella brillaba con luz propia, con su boca dorada y su cuerpo. Trataba de explicarme, pero ya no entendía, no sabía si porque ella se había apoderado de aquel rincón de la habitación, yendo y viniendo. Su anteojo ante mis ojos, o porque la voz de mi madre resonaba en mis oídos, mientras el picaporte de la puerta que también se me vino encima golpeaba mi cabeza aturdiendo mi mente.
Labios que murmuraban sin sentido alguna que otra fase y dolorosos recuerdo: Ella no fue. No estaba aquí. ¿Por qué la buscaste? No sé si fueron mis afiebrados deseos que la trajeron hasta allí, haciéndola presente, o ella había decidido ocupar nuevamente su lugar, saliendo no sé de dónde, utilizándome como vehículo y, ahora lo pienso, con el deseo oculto de inmiscuirse en mi vida y curiosa. Conservaba su línea, su gracia, su poder absoluto. Eempecé a recordar todo perfectamente y yo mismo a formar parte de esr mundo tan fantástico, privilegio de pocos que conocen de soledades. ¿Eran las paredes que tenían brazos? Sentía que mi cuerpo se estaba con deseo. Un rostro familiar y muchos otros me decían que ella valía la pena, que no le preguntaba nada, que ella ajena a todo esto, acompañó siempre silenciosa, los sueños ajenos, algunos de novela.
Empecé a darme cuenta que le mérito era estar allí, donde alguien la buscaba, sin pensar, sin mentir, sólo estar callada, dócil, injustamente acusada de mala. Y de pronto, como si hubiera secretamente entendido mis callados pensamientos. Tuve su boca entre mis manos. La acaricié contra mi pecho, en un gesto y entonces no recuerdo como, cumplió su primer mandato feliz de mi vida y ya en mi boca, me dió su primer y apasionado beso. Mis labios que mordiéndola, tratando de reconocerla, como tal vez lo hizo el otro la primera vez. Le respondieron a ese único largo y oloroso beso. El aire se llenó con su perfume. Mientras mi madre fritaba: - Ella no estaba aquí. ¿Cómo vino? ¿Dónde la encontraste? Te matará, es mala.
- Tócala, está fría.
- ¿No sabes acaso que ella se codea con fantasmas?
- Ella fue la culpable, la alejó de Nosotros, días enteros, noches interminables. Preguntale ¿por qué está ahora aquí, ¿por qué no fue ella también al cielo?
- Mira que alta su sombra, qué soberbio. Pero ya ya sabía del placer de sus besos, y ya tranquilo, recuperado y ya lúcido, desde mi dimensión de adulto, sabiendo de antemano su triunfo, la miré despacio. Detenidamente, por primera vez, impotente y feliz y Ella, como si no se hibiera movido nunca, me miraba; desde cojines de seda: La pipa de mi abuelo.
Marcos Piroli, 2º 3ª "B".
Narración propia a la manera de Cortázar:
Estoy sentado solo, la lluvia cae tan fuerte que parece apuñalar el suelo y hacerme olvidar el libro que tengo en las manos. Sí, es mi mayor placer leer solo, con este tiempo, que al igual que mi libro, también me habla.
Siento frío, está en el aire, lo siento en mi espalda. Vuelvo a la historia, afuera está gris. Pero en la historia, que no puedo dejar, remolinos de dudas se aclaran en mi mente como si los faros de los coches, afuera, me dejaran ver mejor, entender y aceptar: en las páginas del libro mi Padre habla. Me dice cosas que no quiero aceptar. Tal vez me acostumbre y en el último capítulo pueda ver realmente la verdad. Siento que no va a gustarme. Vuelvo a mi libro, no puedo dejar de leer y de pensar. El personaje principal está solo, como yo, también tiene miedo, se siente amenazado de amor, que no tiene fuerzas ya de corresponder. Necesito una manta, el frío sigue ahí en mi espalda, o ¿es ese oscuro miedo? Pienso en mi Padre, la historia me confunde, se mezcla con palabras, palabras. No quiero escuchar, pero también están escritas, fases que parecen que a futuro, me dicen, podría quedarme solo. Voces, están conmigo, por suerte, porque presiento... El teléfono suena y no atiendo. En las páginas de este libro ya están escrito, debo seguir, ¿qué me dirán? Miro hacia afuera. Hace frío. Tanto, que podría congelarse las palabras, los Miedos, menos el mío, que implacable, sigue ahí, al igual que mi libro. Doy vuelta la página y que inexorablemente me cuenta que Petronio, la mascota del protagonista, Petronio, el mono se muere, con la ´´ultima bocanada de aire fresco, en aquel lugar del Amazonas, impotente, ante la caída mortal de su adorado ídolo. Y de golpe, un puñal en el estomago. Abro la ventana, oigo voces, ruidos, retrocedo, me confundo, ahora me doy cuenta no es un puñal. Suena el timbre, es el cartero.
Marcos Piroli, 2º 3ª "B".
Elsa caminaba todos los días a la casa de su hermana Mery, con la que tornaba el té todas las tardes, miraban fotos viejas y recuerdos de la infancia, junto a Juana, la hija de Mery. Esa tarde, Elsa caminaba como siempre a casa de su querida hermana, y ahí estaba Juana revisando documentos y fotos viejas, la mesa estaba llena de papeles que Elsa miró atentamente, cuándo, sorprendentemente abrió el sobre donde estaba el testamento de su hermana querida. Juana lo miró con sus ojos llenos de tristeza. En ese momento, Elsa se daba cuenta que su hermana querida, ya no estaba.
Angélica Cañadas, 2º 3ª "B".
martes, 25 de agosto de 2009
Para Juan Yukic
No puedo verte, por la distancia
que nos separa...
pero si puedo percibirte
a través de los recuerdos
que anidan en mi alma.
Puedo aun captar tu presencia
en cada palabra que te escribo,
en cada emoción que llena mis ojos.
Puedo llegar a extrañarte
pero estas allí,
siempre a mi lado...
sos mi amigo en la distancia,
tan real, como si estuviera aquí.
Quiero que sepas,
que aunque pase el tiempo,
siempre estarás en mí
como ese amigo que
acompaña mi andar,
aunque la distancia nos separa.
Carmela Antivero, 1º 3ª A
que nos separa...
pero si puedo percibirte
a través de los recuerdos
que anidan en mi alma.
Puedo aun captar tu presencia
en cada palabra que te escribo,
en cada emoción que llena mis ojos.
Puedo llegar a extrañarte
pero estas allí,
siempre a mi lado...
sos mi amigo en la distancia,
tan real, como si estuviera aquí.
Quiero que sepas,
que aunque pase el tiempo,
siempre estarás en mí
como ese amigo que
acompaña mi andar,
aunque la distancia nos separa.
Carmela Antivero, 1º 3ª A
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