sábado, 17 de julio de 2010

Diego y el sepillo mágico

Diego era unniño muy alegre. Todo el día estaba jugando y animando a sus compañeros pero todos, todos los días tenía su momento de tristeza. Sus amigos no lo entendían. lavarse los dientes era muy divertido y saludable, pero Diego se ponía muy nervioso cuando tenía que hacerlo. No le gustaba la sensación que provocaba en sus dientes los pelitos del cepillo.
Su madre estaba muy preocupada porque no sabía que hacer.
Una tarde la mamá de Diego, después de la merienda, le propuso ir al supermercado a comprar la comida. Diego aunque estaba jugando en su habitación, aceptó acompañar y así poder ayudar a su mamá con la compra. Una vez en el supermercado sacaron la lista de la compra y empezaron por la carnicería, después la frutería, panadería... como había mucho que comprar la mamá de Diego le pidió que fuera a agarrar papel higiénico y shampoo. Diego buscó por todos los pasillos del supermercado lo que su mamá le había dicho. Pero cual fue su sorpresa que cuando paso por uno de los pasillos escucho que alguien lo llamaba.
- ¡Che, che! Diego se giró y buscó a la persona que lo llamaba, pero nada de nada no había nadie.
- ¡Che, che! Volvió a escuchar.
- Pero, ¿Quién me llama? Se preguntó Diego.
- ¡Ehh! ¡Soy yo! ¡Estoy acá!
Diego se quedó con la boca abierta! No puede ser! ¿Me esta hablando un cepillo de dientes?
- ¡Hola! ¡Soy yo!
- ¡Hola! -contestó Diego.
- ¿Cómo te llamas?
- ¿Yo? Diego -contestó nervioso.
- ¡Hola Diego! Yo me llamo Colgate Total 12.
- Pero...? Por qué me hablás si sos un cepillo de dientes?
- Sí, pero soy mágico.
- ¿Mágico? ¿por qué?
- Si me llevas con vos lo vas a descubrir.
- Pero es que a mí no me gustan mucho los cepillos de dientes, y menos usarlos.
- Pero, qué decis?!, si somos muy cariñosos y además cuidamos de nuestros amigos los dientes.
- Sí,... pero me das miedo.
- ¡Bueno! Si me llevas con vos te voy a demostrar como puedo ayudarte y vas a ver como nos convertimos en grandes amigos.
Diego agarró el Colgate Total 12, cuando vio a su mamá, ésta se puso muy contenta al ver que su hijo por fin decidía a comprarse un cepillo de dientes.
Al llegar a casa lo primero que hizo Diego fue a estrenar a su nuevo amigo.
Colgate le dijo que confiara en el y al empezar a cepillarse los dientes comprobó la agradable sensación que su amigo le causaba, Diego empezó a reírse mientras se cepillaba y Colgate seguía sepillando los dientes de su amigo Diego.
Al día siguiente, Diego fue al colegio y se encontró con un compañerito nuevo, que no quería sepillarse los dientes, y Diego le dijo que lo acompañara al supermercado que él iba a encontrar un amiguito que le solucionara su problema. ¡Fin!



Por Diego Colucci, 1º 4ª Comercialización "B".

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